Introducción Mario Vargas Llosa
Entiendo
que usted corre tabla hawaiana en las encrespadas olas del pacífico
en el verano, en los inviernos se desliza en esquí por las pistas
chilenas de Portillo y las argentinas de Bariloche, suda todas las mañanas
en el gimnasio haciendo aeróbicos, o corriendo en pistas de atletismo,
o parques y calles, ceñido en un buzo térmico que le frunce
el culo y la barriga como los corcets de antaño que asfixiaban a
nuestras abuelas, y no se pierde partido de la selección nacional,
ni el clásico Alianza Lima versus Universitario de Deportes, ni
campeonato de boxeo por el título sudamericano, latinoamericano,
estadounidense, europeo o mun-dial, ocasiones en que, atornillado frente
a la pantalla del televisor y amenizando el espectáculo con tragos
de cerveza, cubalibres o Whisky a las rocas, se desgañita, congestiona,
aúlla, gesticula o deprime con las victorias o fracasos de sus ídolos,
como corresponde al hincha antonomásico. Razones sobradas, señor,
para que yo confirme mis peores sospechas sobre el mundo en que vivimos,
y lo tenga a usted por un descerebrado, cacaseno y subnormal. (Uso la primera
y la tercera expresión como metáforas; la del medio en sentido
literal. )Sí, efectivamente en su atrofiado intelecto se ha hecho
luz: tengo a la práctica de los deportes en general, y al culto
de la práctica del deporte en particular, por formas extremas de
la imbecilidad que acercan al ser humano al carnero, las ocas y la hormiga,
tres instancias agravadas del gragarismo animal. Calme usted sus ansias
cachascanistas de triturarme, y escuche, ya hablaremos de los griegos y
del hipócrita Mens sana in corpore sano dentro de un momento. Antes
debo decirle que los únicos deportes que exonero de la picota son
los de mesa (excluído el ping-pong), y de cama (incluída
por supuesto la masturbación). Ahora, podemos hablar de los griegos,
para que no joda más con Platón y Aristóteles...
La literatura es una actividad
fundamental y de ninguna manera una especialidad. Debe ocupar un lugar
importante en las vidas de todas las personas, porque es una fuente de
conocimientos y una fuente extraordinaria de placer. Ese es el mensaje
que yo traigo a los jóvenes: convencernos de que los libros son
importantes porque no hay una diversión que sea más sana,
exaltante y estimulante; un buen libro realmente creativo, agudiza nuestra
sensibilidad, desarrolla en nosotros un gran sentido crítico y transforma
nuestra existencia. (Mario Vargas Llosa)
|
| |