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Hoy ha fallecido Josep Maria Subirachs a los 87 años. Era uno de los escultores catalanes más destacados, conocido por sus esculturas para el templo de la Sagrada Familia en Barcelona. Publicamos una entrevista a Josep María Subirachs hecho por Sara Espinosa Viale (también ya fallecida) para Mundolatino.org en el 1997.

De la mano de un guía de excepción, he podido visitar la obra del templo de la Sagrada Familia de Antonio Gaudí por dentro, conducida por el maestro Josep Maria Subirachs. Este, nuestro Teseo nos ha descubierto el camino a lo largo del hilo de su ovillo, o acaso Dédalo nos ha revelado por dentro sus esculturas.

Sagrada Familia

Enumerar en este espacio la obra y los galardones que Subirachs ha creado y recibido es una tarea ardua pero haré una síntesis apretada: es Miembro de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, Miembro Correspondiente de la Hispanic Society of America de Nueva York, Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña, Medalla de la Universidad Autónoma de Barcelona, Chevalier dans l’Ordre des Arts et des Lettres, Personalité de l’Année (París, 1987), Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Otras títulos son el 1er Premio de Escultura (Barcelona, 1953), Medalla de Bronce en la IIª Bienal de Alejandría (1957), Gran Premio de San Jorge de Barcelona (1958), Premio Julio González, Cámara de Arte de Barcelona (1958), 1er Premio de Dibujo (Barcelona 1966), San Martín de Oro (Pueblo Nuevo, Barcelona, 1971), Premio de la crítica a la mejor exposición del año (1973), Premio de la crítica a la mejor exposición del año (1974), Premio de Entidades Artísticas (1988), Premio Correo de las Artes (Madrid, 1993), Medalla de Oro del Fondo Internacional de Pintura (Barcelona, 1996). Puede verse su obra en Cataluña (Barcelona, Cadaqués, Cardona, Cervera, Gerona, Hospitalet de Llobregat, Manresa, Mataró, Montserrat, Planoles, Rubí, Sabadell, Santa Coloma de Farners, El Vendrell, Vic, Vilanova y la Geltrú), Andorra, China (Taipei), Corea (Seúl), España (Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife, Valencia), Estados Unidos (Dallas, Nueva York, San Francisco), Japón (Tokio), México (México DF), Suiza (Lausanne). Hay obra suya en los Museos de Nueva York (EE.UU.), Scheveningen (Holanda), Amberes (Bégica), Taipei (China), Kwachon, Kyungki-do (Corea), Roma (Italia), Madrid, Bilbao, El Vendrell, Barcelona, Tarragona, Manresa (España).

Sagrada Familia

Escultura … En cierta manera es como si el padre te enseñara su prole. Abriera las puertas, nunca mejor dicho ya que me refiero a una de las de la fachada de la Pasión, mirarle la mano izquierda que acaba de quitar las cuñas que impiden que las puertas, muy gruesas, se cierren con el más ligero soplo. Es una obra tan perfecta que basculan -por así decir- sobre ejes asentados en rodamientos de bolas, y poner la mía en las huellas de esa, su misma mano, en el bajo relieve de la puerta lateral izquierda de la fachada.

Tengo la sensación de que la obra de Subirachs está estrechamente relacionada con el laberinto, la espiral, los triángulos -mágica figura geométrica desde los más viejos tiempos-, la pirámide. La luz, la esquiva luz casi rasante de este casi crepúsculo de finales del verano un poco nublado pone tonalidades cálidas a la piedra y al bronce. Al acercarse a las puertas trabajadas y al mirar las figuras esculpidas, se siente la imperiosa necesidad de tocarlas: mirada y tacto. Estos sentidos se exacerban de sensualidad ante la obra de Subirachs. Por otra parte, ¡cuánto bien le hace a la pátina que va cobrando su obra, en las puertas de bronce por ejemplo, el roce de las miles de manos que empujan, se apoyan, pasan y las tocan en definitiva!

Puerta preciosa …

Puerta Sagrada Familia

El recorrido minucioso de estas puertas, con sus llaves grabadas y una en collage, con las conchas, las letras, las figuras, el mensaje «como», según sus palabras, «un libro abierto» que no nos cansamos de leer, una y otra vez: un viejo libro amigo que volvemos a releer, al abrir estas puertas.

Y luego está el laberinto. Presente un poco en alto pero se me antoja que es como una constante de entrega de Josep Maria Subirachs en la presentación de su obra a nosotros, las personas. El laberinto se convierte en espiral y en sinuoso recorrido de lectura. Otra conjunción de su arte con los números y las letras. Sobre todo las letras y las palabras que se leen como en el recorrido de algún antiguo jeroglífico que nos da mensajes, acaso mucho más legibles que aquellos mensajes que indicaran por ejemplo, los artesanos que construyeran las gárgolas de la catedral de Barcelona.

Once años atrás Subirachs recibió el encargo de terminar la parte escultórica de la Sagrada Familia. Hace once años que Subirachs vive y tiene su estudio dentro del recinto del templo.

Entrevista Josep Maria Subirachs

por Sara Espinosa Viale en el 1997

SE: -Muchos te vemos como a un maestro del Renacimiento en sus talleres/obras, ¿cómo te sientes tú respecto de eso?

JMS: -Es una idea pues que no me es extraña porque a mí también me gustaría ser como un artista del Renacimiento, es decir un artista que trabaja de encargo. No hace obras para después abrir la tienda, es decir la galería y exponer sus obras a quien le pueda comprar, sino trabajar de encargo como trabajaban los artistas de antaño, ¿no? que tenían encargos, a veces encargos que les podían incluso disgustar pero procuraban hacerlo lo mejor posible. Y en esto me parece que podría, me puedo parecer un poco a ellos, aunque sea con esta intención

SE: -Los planos de Gaudí de la Sagrada Familia, que han aparecido ultimamente, ¿alteran, modifican, sirven, ayudan, complican o sólo documentan tu trabajo?

JMS: -No, es que los planos de Gaudí no tienen nada que ver con mi obra. Precisamente lo que estoy haciendo yo es una obra personal. Yo, cuando me hicieron el encargo, dije que aceptaba el encargo si me dejaban hacerlo a mi manera. Es decir yo no quiero manosear la obra de Gaudí. Quiero que quede muy claro lo que es de Gaudí y lo que es de los que vendremos después y por lo tanto que salgan planos o no salgan para mí es igual. Porque yo hago a mi manera, a mi estilo y lo que procuro es que se articule, que se armonice con la obra de Gaudí que está hecha. No imito a Gaudí.

SE: -¿Te sirves de nuevas teconologías, como ordenador y tal para trabajar, o no?

JMS: -Pues la verdad, muy poco, porque el trabajo de la piedra y sobre todo del bronce, ahora estoy haciendo las puertas de bronce de la fachada, son unas técnicas que vienen de muy antiguo que han nacido perfectas y la verdad lo único que uno usa, son pues las grúas que antes no tenían y que cada vez son más perfectas, por ejemplo en la piedra, el aire comprimido para ir un poco más de prisa en ciertos momentos pero esencialmente es la técnica de siempre.

SE: -Las grandes obras como catedrales también fueron construidas atravesando diferentes autores o responsables y largos espacios de tiempo, como voz autorizada que eres, ¿notas en ellas y en el caso de la Sagrada Familia, diferencias apreciables?

JMS: -Bien, yo creo que precisamente en la obra de la Sagrada Familia, si en algo se parece es en la construcción de estas antiguas catedrales que se crearon en la Edad Media donde a veces empezaban en el estilo románico, en su origen y continuaban en gótico, en el Renacimiento en barroco y en esto se le parece, sobre todo desde mi aportación porque mi aportación da otro estilo a la obra. Hasta antes se hacía siguiendo solamente las maquetas de Gaudí, los términos de Gaudí pero al entrar yo ahora, es menos en esta fachada que estoy trabajando, que ya no es estilo Gaudí por lo tanto sigue un poco este concepto que tenía la catedral medioeval que cambiaba un curso de estilo según la época.

SE: -Aparte de la Sagrada Familia, ¿con cuál de tus obras te identificas más o aprecias más?

JMS: -Bien, las obras de un artista son como los hijos que uno los quiere a todos, hay algunos que te dan más quebraderos de cabeza que otros, pero en fin todos son hijos tuyos y les tienes un cariño especial. Hay obras que por su tamaño, por su situación, por donde están, que acaso les tenga mayor aprecio. Por ejemplo, hay una escultura en México que estoy muy contento de ella y que a pesar de los temblores de tierra se aguanta aún de pie, es decir que es una obra que está muy bien construida. Hay por ejemplo, la puerta del Archivo, del antiguo Archivo de la Corona de Aragón en el Barrio Gótico [de Barcelona], es una pieza que yo aprecio porque está en el corazón de mi ciudad. También hay un relieve en el Palau de la Generalitat [gobierno de Cataluña], digamos en el Patio de los Naranjos, en el puente, en la loggia que da al Puente que va al palacio contiguo. En fin son obras que por su situación pues les tenga un cariño especial.

SE: ¿No te agobia mirar desde adentro hacia arriba de la Sagrada Familia?

JMS: -Exactamente esta palabra, esta idea, no la entiendo muy bien. ¿A qué te refieres, a una idea metafísica, hacia arriba?

SE: -Sí, cuando miras, las torres que suben así, como que nos disminuyen, ¿verdad?

JMS: -Bueno, es una obra gigantesca, una obra además muy atractiva. El símbolo de la ciudad de Barcelona y su verticalidad es una de sus características y hace que en el paisaje urbano destaquen estas torres. No, agobiarme, no. Es una obra que para un barcelonés, está uno tan acostumbrado a verlas, que más bien te acompañan.

SE: -El admirable juego de los cóncavos y los convexos del Paseo de Gracia, ¿fue para ti algo así como un ‘divertimento’?

JMS: -Bueno, mira esta obra es curioso que me la cites. Esta obra es el úlltimo trabajo que hice, antes de entrar en el trabajo, digamos, enorme de la Sagrada Familia. La última obra cuando aún no estaba metido en esta otra obra de la Sagrada Familia. No, yo no diría un ‘divertimento’, lo que pasa es que tiene ese punto quizás un poquito irónico que es típico de la posición posmoderna que coge elementos clásicos para tratarlos de una manera más desenfadada, más irónica y además como es popular, el relieve produce un efecto casi mágico y yo siempre digo que las obras de arte si no producen milagros no sirven para nada y esta idea un poco mágica y sorprendente de que la cara de Ariadna te va siguiendo, ¿no?, con un efecto de truco óptico, de trompe-l’oeil que dirían los franceses, es para crear un interés en la obra. No, es pariente del tema de la obra. Ariadna allí, en ese relieve simboliza el amor y por eso te va acompañando. Aunque te desplaces te va acompañando.

SE: -Yo nunca paso por la otra acera, siempre paso por ésa. Me fascina tanto que es como si entablara un diálogo contigo.

JMS: -Sobre todo por la noche está muy bien iluminada. [Obra situada en el elegante Paseo de Gracia de Barcelona, en la fachada de un banco, ubicada en un atrio porticado]. Es una obra que tiene esta cualidad de que por la noche está iluminada como si estuviera en un museo.

SE: -Corrígeme si el nombre o el lugar no es el correcto, pero ¿podrías explicarme el proceso que siguió la creación de la puerta de San Jordi en lo que era el Archivo de la Corona de Aragón detrás de la Catedral?

JMS: -Sí, esta puerta, inicialmente estaba tapiada. Esta puerta existía anteriormente porque es la puerta que da al gran Salón del Trono gótico en el Palacio del Lugarteniente y estaba tapiada, entonces creyeron que habría que abrir otra vez esta puerta porque es la que conecta con el Palacio renacentista y hubo una reunión de presidentes de instituciones artísticas, de tipo artístico, Sant Lluc [renombrado Círculo Artístico de Sant Lluc situado en el corazón gótico de la Ciudad de Barcelona, al que acudieran -entre otros- Picasso, Ramón Casas, Dalí], la Academia de Bellas Artes, en fin, todas instituciones intelectuales y artísticas de Barcelona, y acordaron que la persona que acaso podría hacer esta puerta podía ser yo y me la encargaron. Verdaderamente es un tema que le tengo mucho cariño, por el sitio donde está y por el tema que tenía que estar dedicada a San Jorge como patrón de la Corona de Aragón y el tema era estupendo y la situación era fantástica, es una obra que estoy muy contento de haber realizado.

SE: -Es fantástica…

JMS: -Tiene una cualidad, que seguramente lo has descubierto porque la importancia de las preguntas, las respuestas vienen a caballo de las preguntas. Hay una cosa, que seguramente lo he explicado ya, que la información de la puerta está en la misma puerta, es decir hay un plafón donde con unos números se puede ver al lado la explicación de todos los elementos de la puerta. Es decir que lo que podría ser un plafón lateral informativo está introducido en la misma obra. Me parece que como concepto es muy bonito, es moderno, es una manera diferente de explicar la obra con la misma obra.

SE: -Exacto, y además el emplazamiento, el artesonado del techo de la escalera, es decir que es la puerta ideal, para el lugar ideal, hecha por la persona ideal.

JMS: -Además yo creo que en esto logré algo que yo intentaba y es que fuera una obra que no fuera de imitación antigua, renacentista o gótica sino una obra que se viera que está hecha ahora pero que no disonara, que mucha gente pues distraídamente pasa por allí y ni se da cuenta, no produce un choque, un impacto que ahora está muy de moda. Ahora, los arquitectos cuando trabajan en obras del barrio antiguo, quieren que se note su intervención de una manera brutal. Yo estoy de acuerdo que no hay que imitar ahora pero sí respetar, es decir armonizar, no destruir el clima, al contrario. Y yo creo que en esto lo logré, es una obra que queda integrada, no destruye el clima del patio pero a la vez, si uno se fija ya ve que no es del estilo del pasado si no que es actual.

SE: -Como todo maestro, ¿eres consciente de la polémica que suscitas?

JMS: -Bueno, estoy acostumbrado, de toda mi vida. Yo fuí en Barcelona el primer artista que colocó una escultura abstracta en la calle. En aquel momento la gente no estaba acostumbrada a ver una escultura que no fuera un caballo, una mujer, tenía que representar algo. Y esto ya ocasionó un gran escándalo y por lo tanto esto me ha de perseguir toda la vida, ya estoy acostumbrado. A veces la polémica se hace tan dura y tan cruel que la verdad, no es demasiado cómoda pero, en fin, sé que estoy un poco ya curtido en esto pero, ¿qué le vamos a hacer? Yo creo que una obra creativa como es, por su calidad de creativa, es nueva, puede producir un rechazo, en fin, ya lo sé, ya estoy acostumbrado. Casi a veces, cuando la cosa desaparece un poco, esta polémica, pues parece que me falta algo… [risas].

Y de allí, del estudio luminoso y en silencio, el señor en su castillo me condujo por un laberinto de puertas, vallas, escalones. Salimos a un patio donde un hibiscus lucía una flor roja e insolente, llegamos a la fachada y me indicaba detalles que él sabe de muy primera mano, y nunca mejor dicho. Así, me enseña la piedra de travertino que se ha debido añadir para situar a una figura femenina de rodillas; la mujer de Pilatos que retrocede; el conjunto de números que sumados una determinada cantidad de veces, en cualquier sentido, arroja la cifra 33, es decir la edad de Cristo; la inscripción, ‘Lo que tengas que hacer, hazlo de prisa’, según el versículo de San Juan, en las palabras del Cristo a Judas y que, el propio José María Subirachs ha querido incluir como una suave ironía acerca de la larga y duradera temática de Barcelona sobre la terminación de la Sagrada Familia; los cascos de los soldados que repiten las chimeneas de la Pedrera de Gaudí; el escriba que el artista ha querido que sea una representación de Gaudí en la última fotografía que existe de éste; los triángulos que son como el vaciado de uno con el otro, el alfa y omega, ¿tal vez también?, de la Sagrada Familia.